Crear una página web es el primer paso a la hora de dar visibilidad a un negocio. Ahora bien, una vez finalizada, la página web precisa de un mantenimiento, tanto a nivel de contenido (actualizar la información que en ella se recoge), como a nivel informático. Aquí es donde entra en juego la auditoría SEO, que permite obtener un informe con los resultados de un análisis previo, hecho en profundidad, sobre los aspectos que condicionan la visibilidad del sitio web creado.
Evidentemente, para visibilizar el negocio es fundamental que haya tráfico en la web, es decir, usuarios que entren en ella e interactúen con las diversas opciones que ésta les ofrece. Por ejemplo: en el caso de una tienda online, a la empresa le interesará que el cliente compre sus artículos. Todas estas cuestiones, muy vinculadas al posicionamiento de la página web (cuanto antes aparezca en los resultados de búsqueda, antes adquirirá mayor visibilidad), son las que se analizan detalladamente en una auditoría SEO profesional.
Dentro del estudio que se hace, se analizan también posibles fallos que puedan darse en los archivos de la página web. La auditoría permite prevenir y subsanar a tiempo errores como los que pueden darse en el archivo robots.txt, gracias al cual puede restringirse el acceso y el rastreo de los bots a ciertas URLs (secciones) de la página web en cuestión.
¿Cómo ayuda la auditoría SEO?
Independientemente de que el propietario de la página web sea un solo trabajador autónomo o toda una sociedad detrás, la auditoría permite elaborar un informe en que:
- Se detectan errores que puedan afectar negativamente al posicionamiento de la página web.
- Se establecen las soluciones para cada uno de los errores.
- Se desarrollan las estrategias (y el orden en que se aplicarán) según la prioridad que se les confiere.
¿Qué ventajas tiene?
Contratar una auditoría SEO beneficia a la empresa en múltiples aspectos:
- Si hay contenido duplicado en la página web, lo detecta, para así eliminar dicha duplicación.
- Evalúa la velocidad a la que se carga la página web.
- Identifica las palabras clave (keywords) que favorecerán al posicionamiento web de la empresa e incrementarán el tráfico web.
- Detecta enlaces rotos, vínculos que originalmente redirigían a otras secciones de la web (o de páginas web externas) y que, por algún motivo, ya no funcionan.
- Permite adecuar las características de la página web (diseño y programación) para que ésta pueda ser accesible en versión multiplataforma, de modo que se visualice desde ordenadores, tabletas, móviles, etc.
- Valora si las estrategias de marketing y promoción de contenidos están o no cumpliendo con sus objetivos.
¿En qué se diferencia del SEM?
Después de leer los apartados anteriores, puede concluirse que el objetivo principal del SEO es aparecer entre los primeros resultados de búsqueda que, un motor como Google, arroja al usuario cada vez que éste introduce en él ciertos términos. Se trata de una estrategia a medio/largo plazo, que requiere de una revisión continua del estado de la página web. Crear contenidos de interés para el público, con cierta calidad, y bien etiquetados, contribuye a mejorar el posicionamiento de la web.No obstante, el SEO no es la única posibilidad de aumentar la visibilidad. Se encuentra también el SEM, que permite ganar visibilidad a través de procedimientos de pago. Generalmente, quienes invierten en SEM depositan su dinero en anuncios que se mantienen en vigor según el tiempo establecido y la cantidad abonada.
El SEO y el SEM son, en conclusión, diferentes formas de adquirir visibilidad, incrementar el tráfico web, mejorar el posicionamiento de la página web y, en definitiva, de dar a conocer la empresa detrás de la página web. La diferencia esencial radica en que el SEO es más global que el SEM, el cual se focaliza principalmente en el posicionamiento a través de anuncios. El SEO, por su parte, valora otras muchas secciones de la web; todas aquellas que pueden mejorarse y contribuir a mantener la web en los primeros puestos.